Seguro que alguna vez al volver de un largo día de trabajo, o de haber estado un buen rato caminando, os quitáis las zapatillas y empezáis a sentir un fuerte dolor de pies.

Es algo muy común que nos pasa a todos por igual, y por normal general se debe a que nuestros pies están cansados de no haber parado en todo el día. Pero, en ocasiones el dolor puede venir por otras razones.

Así pues, ¿cuáles son las causas del dolor de pies?

Esguince: Es algo que se produce de forma repentina por un mal movimiento que puede acabar también en una fractura o rotura de algún hueso. Es muy típico al realizar un giro brusco mientras se corre a gran velocidad o al tropezarse y no darnos tiempo a colocar bien el pie.

Lo más común es que esguince lo suframos únicamente en uno de nuestros pies. Así que, solo sentiríamos dolor en un pie al intentar moverlo o caminar con él.

Fascitis plantar: Suele provocarse si hemos tensado demasiado el pie durante un estiramiento o si llevamos demasiada sobrecarga en el cuerpo.

En la planta del pie tenemos un tejido que conecta nuestros dedos con lo que sería el resto de los pies, lo que se denomina fascia plantar. Si ese tejido se inflama, será lo que acabe provocando el dolor.

Tendinitis de Aquiles: El tendón de Aquiles es lo que conecta la parte posterior de nuestro talón con el resto de la pierna.

Es una lesión muy común que se inflame este tendón por un golpe o un sobresfuerzo que lo ha cargado demasiado.

Traumatismo: No es raro que al caminar en ocasiones nos demos un golpe en el pie con algún mueble o cosa por la calle, lo que podría provocar una fractura si el golpe es muy fuerte. Si es leve, simplemente será un daño que durará unos minutos.

Metatarsalgia: Consiste en un daño en la parte anterior del pie, cercana a los pies. Es muy común en la gente que práctica deportes de atletismo.

A veces el dolor de pies puede estar producido por el simple hecho de caminar, pero lo común es que sea por haber ejercido mucha presión durante un largo periodo de tiempo o por haber sujetado mucho peso y dejar toda la fuerza en la planta de los pies.

Espolón: El dolor aparece por culpa del hueso adicional, el cual se expande provocando el daño. Es algo muy común que suceda en la gente que sufra de fascitis plantar. Es muy común en bailarines y gente que practique deportes de velocidad.

Juanetes: Algo muy común en mujeres, en personas que hayan nacido con los huesos deformados o que no utilicen un calzado adecuado.

El juanete se produce cuando el dedo gordo del pie se dobla hacía el dedo de al lado. Esto provoca que surja una especie de bolsa en nuestro pie, justo al lado del dedo gordo.

Neuroma de Morton: Como en el resto de nuestro cuerpo, en nuestros pies también tenemos nervios que pasan por la planta y están conectados con el resto de nuestro cuerpo.

La razón que provoca el daño en este nervio todavía se desconoce, aunque algunos expertos aseguran que se debe a una malformación de nacimiento o a lo conocido como “pies planos”. En cualquier caso, es algo mucho más común en mujeres que hombres.

Cuando el nervio es dañado sentiremos calambres entre el segundo y tercer dedo del pie, calambres en todos los dedos del pie y un fuerte dolor en cuanto pongamos el pie en el suelo.

Pies planos: Seguramente hayáis escuchado alguna vez eso de “se libró de hacer la mili porque tenía los pies planos”. Pero, ¿qué significa realmente eso?

Los arcos de nuestros pies permiten que no toda la base del pie toque el suelo al pisar, lo que nos permite un mejor movimiento. Pies planos significa que los arcos no están formados correctamente y la base del pie pisa por completo el suelo, lo que provocará posteriormente el dolor.

Es algo muy común en niños pequeños, pero según estudios se estima que un 20% de la población mundial lo sufre.

Callos: Otra de esas causas comunes del dolor de pies.

A causa de ejercer mucha presión en el pie al caminar, acompañado de llevar un calzado en muy mal estado o que aprieta mucho el pie, la piel se seca y se vuelve dura en cierta parte del pie. Dichas durezas están formadas por células muertas, por lo que la piel se puede quitar, aliviando el dolor al caminar.

Verrugas: Es una infección que nos produce verrugas en la parte inferior del pie. Dicha infección suele contagiarse en las duchas de los gimnasios o al haber usado el calzado de otra persona.

Pies de atleta: Otro de esos términos que seguro que habremos oído mucho. Los pies de atleta son una infección provocada por culpa de los hongos.

Es difícil eliminarla, ya que los hongos penetran por la piel desde los dedos. Los pies suelen presentar grietas en la parte inferior, así como mucha piel seca. El dolor puede ser muy suave, sintiéndose solo escozor, o muy agudo si la infección es muy grave.

Uñas encarnadas: Cuando nos crecen las uñas, estas no solo lo hacen para fuera. La uña puede penetrar aún más en la carne, provocándonos posteriormente el dolor por culpa de una infección si no se soluciona a tiempo.

Diabetes: El aumento de la glucosa en la sangre por culpa de la diabetes puede afectar a cualquier parte del cuerpo, incluyendo los pies.

Artritis: Es una inflamación de una articulación, por lo que podemos padecerla en cualquier parte de nuestro cuerpo.

La gota, que es otro tipo de artritis, también puede afectar a nuestros pies.

Micro traumas: Los micro traumas son daños que van sufriendo nuestro cuerpo que a veces no son perceptibles pero que están ahí.

En el caso de los pies, estos pueden estar provocados al caminar por superficies cuya nivelación sea irregular o con el calzado inadecuado.

¿Y cómo podemos prevenir el dolor de pies?

• Si practicamos ejercicios, llevar un calzado adecuado. Se aplica el mismo caso a gente que tiene un trabajo que le requiere mucho movimiento.
• No hacer movimientos bruscos y caminar correctamente.
• Evitar estar mucho tiempo de pie. Si nuestro trabajo consiste en eso, tenemos que sentarnos para descansar un poco.
• Para la gente que sufra sobrepeso, es muy recomendarlo reducirlo. Nuestros pies pueden resentirse de estar mucho tiempo soportando no solo la carga de nuestro cuerpo sino también la extra.
• Antes de realizar cualquier actividad física, es muy importante realizar los estiramientos adecuados, con calma y sin prisas.

¿Qué tratamiento para el dolor de pies podemos seguir?

Plantillas ortopédicas: Las plantillas ortopédicas solo pueden ser recetadas por un podólogo. Ayudan a repartir el peso en nuestro pie, así como la sobrecarga que soportan a lo largo del pie.

Tener muy en cuenta que para usarlas hay que colocarlas en el calzado adecuado, porque si no el daño en nuestro pie iría a peor.

Masaje: Masajear la zona dañada puede ayudar a aliviar un poco el dolor si es muy leve.

Hielo: Si notamos inflamación en alguna parte de nuestro pie, aplicar hielo en la parte afectada ayudará a reducir la inflamación.

Muletas: En el caso de que hayamos sufrido una rotura o un esguince, es muy importante caminar usando muletas y no solo uno de nuestros pies. En el caso de no hacerlo, podríamos dañar seriamente el pie sano.

Sal: Bañar los pies en agua tibia con un par de cucharadas de sal marina.

Menta: Hervir agua por 10 minutos y añadir unas hojas de menta. Cuando el agua este tibia, verter en un recipiente y remojar los pies con la mezcla.

Vinagre: Verter vinagre en agua y empapar una toalla con la que posteriormente envolveremos el pie que nos duela.

Pimienta de cayena: Verter un par de cucharadas en un recipiente de agua tibia y remojar los pies unos minutos.

Hojas de salvia: Si el dolor es provocado por una torcedura leve, frotar unas hojas de salvia por la zona dolorida ayuda a aliviar el dolor.

Espárragos: Comerlos ayuda a reducir la cantidad de líquidos en nuestro cuerpo, por lo que ayuda a reducir la inflamación.

Elevar los pies: Un tratamiento para el dolor de pies muy bueno para quienes sufran problemas de circulación. Al colocar los pies en alto, ayudamos a restablecer la circulación tan irregular que hemos sufrido a lo largo del día.

Girar los pies: Si los pies nos duelen por haber estado mucho tiempo de pie, realizar tres sesiones de diez giros, ayudará a aliviar el dolor.

Estos remedios pueden usarse como tratamiento del dolor de pies si el daño no es muy grande. Si nos duele mucho al caminar o simplemente pararnos rectos, hay que acudir al médico porque podemos tener algún tendón o ligamiento dañado. Pero, por norma general, el dolor de pies desaparece con un poco de reposo.

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