Dolor de rodilla

El dolor de rodilla no tiene edad para aparecer. Puede aparecer tanto en niños pequeños como en adultos o ancianos. Por norma general, es un tipo de dolencia que no requiere ningún tratamiento, salvo que la razón que cause el dolor sea algo muy grave que requiera de una operación. Además, el dolor de rodilla puede causar otros malestares, como el dolor lumbar, dolor de pierna, e incluso el dolor de espalda.

Las principales causas del dolor de rodilla que podemos encontrar son:

esquema del deolor de rodillaGota: Podríamos definirla como un tipo de artritis que ataca a una de nuestras articulaciones cuando el ácido úrico es muy alto en nuestro organismo.

El ácido úrico es un líquido resultante cuando nuestro cuerpo descompone ciertas sustancias de los alimentos. Lo normal, es que lo expulsemos sin ningún problema, pero sucede que a veces la cantidad que nuestro cuerpo soporta es excesiva. Como lo eliminamos a través de la sangre, en algunas ocasiones la cantidad es tan grande que inflama una de nuestras articulaciones, provocando la gota.

La gota puede ser aguda, que es cuando solo afecta a una articulación, o crónica, cuando afecta a más de una. Aún se desconoce en muchos casos la aparición de la gota, pero estudios han llevado a pensar que se trate de algo hereditario, muy común en varones y mujeres pre-menopáusicas.

Quiste de Baker: En todas nuestras articulaciones tenemos un líquido, que sirve para lubricar las articulaciones como el aceite con las bisagras, llamado líquido sinovial. Este es un líquido de la rodilla que debería pasar sin problemas.

Pero, en ocasiones por culpa de una artritis, a veces incluso por la gota, este líquido no pasa como debiera, y se va acumulando cada vez más y más. En cuanto estalla una gran presión en la zona, en la parte posterior de la rodilla se hinchará generando un quiste.

Esto quiere decir, una bolsa llena de líquido que nos provocará fuertes dolores.

En muchos casos, la única solución es una artroscopia de rodilla, en otras palabras, se realizarán unos cortes en la zona daña de la rodilla y se insertará una cámara pequeña para observan que tan mal está el interior. Posteriormente, se recurrirá a realizar la operación como mejor convenga al paciente para tratar la infección.

Artrosis: La artrosis de rodilla es algo que suele darse a edades avanzadas. Nuestras mayor parte de nuestro peso.

Con la edad, los huesos se desgastan y los músculos se debilitan. Esto es lo que provoca la artrosis que cada vez puede soportar menos peso. Y a pesar de que es algo común en personas de avanzada edad, puede avanzarse su proceso en personas que sufre
sobrepeso, que suelen cargar cosas muy pesadas en su trabajo, una malformación en las rodillas… También puede darse en mujeres durante el embarazo, ya que las articulaciones empiezan a soportar un peso extra que hasta ahora no había existido.

Como dato informativo, es más común en mujeres que hombres. Pero este último es muy raro.

Lupus: Se trata de una enfermedad autoinmune que afecta al tejido de nuestros músculos. Puede darse en varias partes de nuestro cuerpo, entre ellos las articulaciones como nuestras rodillas.

Lesión del ligamento lateral interno de la rodilla: Este ligamento es el que mantiene la tibia en su sitio, lo que conocemos todos como la espinilla.

Un giro brusco o un golpe mal recibido, cosa que es muy común en el fútbol, puede provocar que se rasgue o dañe. Esto es lo que se conoce como esguince de rodilla.

Artritis: Como hemos dicho con la gota, la articulación se hincha como si fuera un globo cargado de aire. Lo que provoca el dolor de rodilla.

dolor de rodilla por artritisLa enfermedad de Osgood-Schlatter: Cuando un perro es un cachorro, se recomienda no tocarle las orejas para que le crezcan bien. Con el ser humano pasa lo mismo hay ciertas partes que, mientras crecemos, es muy importante que no resulten dañadas o se les someta a mucha presión.

Eso es lo que sucede con la parte superior de la tibia, un poco más debajo de nuestra rodilla. Esta enfermedad es el resultado de haber cargado esa zona con demasiado peso en los años de desarrollo del cuerpo durante la niñez y la adolescencia.

Es muy común en los adolescentes, o niños, que practican mucho deporte como el fútbol o baloncesto. Se representa mediante la hinchazón de la parte superior de la tibia, o lo que es lo mismo, un poco más debajo de la rodilla. Ello no quita que esto puede provocarnos fuertes dolores en una o ambas rodillas, ya que puede afectar a ambas piernas a la vez.

Dislocación de la rótula: En nuestra rodilla tenemos un hueso con forma triangular denominado rótula. Debido a una lesión, este hueso puede salirse o moverse, lo que provoca la dislocación. Es una lesión de rodilla más común de lo que nos pensamos.

Muchas veces, una forma clara de saber si se ha dislocado la rótula no es solo por el dolor de rodilla, sino porque dará la sensación de que la pierna está torcida o doblada.

Las causas que la provocan puede ser un mal golpe o un giro brusco que sufra nuestra pierna al caernos, por lo que es muy frecuente en mujeres que usan tacones altos.

Síndrome de la banda Iliotibial: También conocido como la “rodilla del corredor”, ya que es muy común en deportistas de atletismo, es una irritación de la zona lateral de la rodilla.

La banda iliotibial de esa zona es muy blanda, y el continuo roce, mediante la presión continua que sufren nuestras piernas durante una carrera, provoca que cada vez se vaya hinchando más y más. Esto provocará mucho dolor en la zona lateral de la rodilla al deportista o, en su caso, a una persona que empiece a correr pero no este acostumbrado a ello.

Bursitis: En nuestras articulaciones tenemos algo parecido a unas bolsas denominadas bursas. Las bursas están llenas de líquidos y sirven como amortiguadores en nuestros músculos y articulaciones.

bursitisPero hay veces que dicha bursa se irrita o se hincha por culpa de una infección. Se debe a que se ejerce mucha presión en esa zona cuando estamos mucho tiempo agachados o cargamos mucho peso usando las rodillas como centro de apoyo. La rodilla se oscurecerá e hinchará debido a la bursitis.

También es muy común que dicha hinchazón venga provocada por otras causas, como son la artritis, una infección por una herida o la gota.

Lesión en el ligamento cruzado anterior: Es provocada por una ruptura del ligamento por un esfuerzo excesivo, provocado por un giro brusco o un mal movimiento. Dicha ruptura puede ser provocada también por un fuerte golpe en un lado de la rodilla, como por ejemplo, si nos golpean una fuerte patada practicando algún deporte.

Otra causa puede ser un estiramiento excesivo de dicho ligamento durante la práctica de un deporte que requiera mucho movimiento a gran velocidad, nos paremos en seco y enseguida cambiemos de dirección. Si se provoca ruptura, oiremos una especie de “crack”, se nos irá inflando la rodilla según pasen las horas y seremos incapaces de ponernos de pie.

Esguince: Un esguince de rodilla se da cuando los ligamentos de nuestra rodilla se estiran o rasgan por un movimiento.

Suele estar provocado por la práctica de un deporte, como el fútbol o rugby, donde se requiere correr a gran velocidad y a menudo parar en seco para cambiar la dirección.

Tenemos cuatro ligamentos en nuestra rodilla que unen los huesos y protegen. Como hemos visto en los casos del ligamento cruzado anterior y ligamento lateral interno, la ruptura o estiramiento de uno de ellos provocaría el esguince; lo que nos imposibilitaría el andar durante varias semanas si es muy grave.

Tendinitis: En el interior de nuestra rodilla, los tendones están unidos a los huesos, lo que permite el movimiento de los músculos de nuestras articulaciones. Si este tendón se inflama por culpa de una infección o sobre esfuerzo, se conoce como tendinitis.

Suele ser un dolor que, una vez surge, va empeorando con el tiempo al realizar esfuerzos como subir escaleras, levantarnos de una silla o caminar.

dolor de rodilla ilustración

Distensión muscular: Como su propio nombre indica, esta vez afecta al músculo directamente. En ocasiones, cuando realizamos un ejercicio que está por encima de nuestras posibilidades, exigiendo a nuestro cuerpo más de lo que puede soportar, se produce un estiramiento de nuestros músculos muy fuerte. Esto nos irá provocando un dolor en dicho músculo. En el caso de no detenernos, acabará provocándose un desgarro en el músculo en el que sí que notaríamos un dolor ya insoportable.

Suele estar provocado por realizar una actividad física que requiera un esfuerzo excesivo, no haber calentado como es debido antes de hacer ejercicio o intentar hacer un ejercicio para el cual no tengamos la flexibilidad suficiente.

Los principales síntomas que notaremos serán el fuerte dolor en la zona afectada, un cambio en el color de la piel con la aparición de hematomas y una fuerte hinchazón.

Ruptura de menisco: Un menisco es la parte de nuestra articulación que la estabiliza y sirve como un tope para cuando realizamos movimientos exagerados o sirven como escudo para cuando recibimos un fuerte golpe en la zona en la que se encuentra.

La ruptura se da cuando dicha parte se desgarra al haber flexionado mal la rodilla o por culpa de una torcedura.

¿Cómo podemos saber si hemos sufrido una ruptura? Los principales síntomas que sentiremos serán: dolor en la rodilla al caminar, en el espacio que hay entre huesos sentiremos mucho dolor, hinchazón, no podremos colocarnos en cuclillas, el dolor se representará en forma de pellizcos… y, lo más importante, en el momento de la ruptura, oiremos algo parecido a un sonido sordo.

Tumores óseos: Es un caso muy raro, pero puede llegar a darse y provocar dolor de rodilla. Surge como la multiplicación masiva de células dentro del hueso y puede ser no maligno o cancerígeno.

Sedentarismo: La falta de ejercicio también es muy mala para nuestras articulaciones.

Si nos pasamos mucho tiempo sin movernos, nuestros músculos y huesos se atrofiarán, y eso provocará que cualquier ejercicio que hagamos nos provoque una lesión muy fácilmente.

Por suerte, el dolor de rodilla suele ser leve. Los casos más graves solo se darán en situaciones donde hagamos ejercicio extremo.

Así que, ¿cómo podemos evitar tener una ruptura o que nuestros músculos se desgarren?

Calentamiento: Antes de iniciar cualquier actividad física es muy importante realizar el calentamiento oportuno, para que nuestros músculos estén preparados para el ejercicio que vayamos a realizar.

Calzado: Un buen calzado a la hora de realizar deporte es muy importante. Si el calzado no es el adecuado, recordad que el peso no solo recae en los pies sino también en nuestras rodillas. Así pues, si el pie no se siente cómodo a la hora de pisar cuando corremos o andamos, la rodilla también se resentirá.

Realizar pausas: Cuando hagamos ejercicio, es muy importante de realizar algunas pausas si lo que vamos a hacer son series de ejercicios en un gimnasio. Si es algo que requiera mucho tiempo, como correr, lo mejor descansar bien tras haber llegado a nuestra meta y no intentar avanzar más allá si notamos las articulaciones doloridas.

No sobrepasar los límites: La gente siempre intenta superar sus límites a la hora de hacer ejercicio; corriendo más minutos, levantado más peso… pero eso solo hay que hacerlo una vez el cuerpo está preparado tras un riguroso entrenamiento. No es bueno intentar desde el principio buscar cuáles son nuestros límites mediante una sesión de entrenamiento intensivo. Porque esto puede acabar en una tragedia para nuestra salud y nuestros músculos.

Correr en zonas no asfaltadas: Si practicamos footing, lo mejor es correr en zonas de hierba o arena, para que se reduzca el impacto de cada zancada. Igual de importante es también evitar las cuestas, ya que al intentar subirlas forzaremos mucho los ligamentos de nuestros músculos y pueden acabar rasgándose por el esfuerzo.

correr en zonas sin asfaltar

Evitar movimientos bruscos: Si practicamos un deporte que requiera realizar movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto o tenis, es mejor evitar realizar movimientos fuertes a gran velocidad. Si no, podemos provocar serias lesiones en nuestras articulaciones, que nos provocarán fuertes dolores de rodilla cuando se desgarre un tendón.

Reposo: Si hemos realizado durante mucho tiempo una actividad física, lo mejor es tomarse un largo descanso tras haberse dado un baño relajante. No es nada bueno forzar el cuerpo a estar continuamente haciendo ejercicio.

En el caso de que el dolor de rodilla no sea muy agudo, porque simplemente se trate de una pequeña lesión o mala torcedura, podemos aplicarnos los siguientes tratamientos caseros:

Hielo: Envolver un paño, o meter en una bolsa plástica, un bloque de hielo y aplicar sobre la zona dolorida durante unos 15 minutos. Hacerlo cada hora ya que esto ayudará a que la inflamación de los músculos se alivie.

Hojas de salvia: Envolver unas hojas de salvia en un paño que previamente habremos mojado en agua tibia. Apretarlo situándolo sobre la zona dolorida de la rodilla. Tenerlo así durante 10 minutos. Es un remedio muy efectivo cuando hemos recibido un golpe en la rodilla que nos provoca molestia. No sirve en el caso de que exista inflamación.

Mantener la pierna en alto: En el caso de que hayamos sufrido un fuerte golpe en la rodilla, lo mejor es acostarnos y mantenerla en alto sobre un cojín o almohada hasta que el dolor desaparezca. No es recomendable hacer movimientos que requiera mucho esfuerzo mientras el dolor perdure.

Agua caliente: Si nos han dado un golpe fuerte en la rodilla, y pasadas 48 horas aún nos duele, aplicar una bolsa de agua caliente sobre la zona dolorida para relajar los músculos.

Si el dolor de rodilla no desaparece, y va a más, ello querrá decir que hemos sufrido algún tipo de ruptura o se ha desgarrado algún ligamento. Si el dolor perdura por más de 48 horas, y va en aumento, hay que acudir al médico para que nos realice una radiografía y dictamine un diagnóstico.

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