Dolor de cuello – causas, tratamiento y ejercicios

Muchas veces, al levantarnos por la mañana sentimos un fuerte dolor de cuello, o cuando terminamos de realizar algún ejercicio. Lo más normal es que nos duela al intentar moverlo para mirar a los lados, provocándonos fuertes tirones. Otras será un dolor leve que apenas nos molestará.

¿Qué nos puede provocar dolor de cuello?

Mala postura al estudiar o trabajar

Cuando estudiamos, hay que se agacha sobre el escritorio durante horas para leer los apuntes o preparar los resúmenes. Esto provoca que los músculos de nuestro cuerpo se carguen y nos provoquen el dolor.

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Hay quien tiene el monitor de su ordenador en una zona muy elevada, por lo que tiene que tener constantemente la cabeza mirando hacia arriba. Esto no es nada bueno para las cervicales y más tarde, sobre todo para quien se pasa muchas horas delante del ordenador, sentirá fuertes dolores en el cuello.

Mala postura al dormir

No es imposible controlar lo que hacemos mientras dormimos. Así que, alguna vez pasaremos horas en una mala postura que nos provocará dolor en alguna parte de nuestro cuerpo, incluido el cuello. Otra razón puede ser usar almohadas muy altas y duras, que impiden que el cuello este recto en las horas de descanso, por lo que los músculos de esa zona no descansan y se tensan todavía más.

Seguro que alguna vez nos habremos despertado en plena noche al sentir un tirón en el cuello o alguna otra parte de nuestro cuerpo. Es provocado por esto mismo, una tensión muy fuerte de los ligamentos o músculos del cuerpo.

Hablar por teléfono

Una costumbre muy mala que tenemos el ser humano, es que a veces cuando hablamos por teléfono mientras hacemos otra cosa, inclinamos el cuello para sujetar el aparato con la cabeza y el hombro. Esto tensa mucho los músculos y, tras haber estado un largo tiempo hablando, podemos sentir como un fuerte tirón en la zona donde apoyamos el teléfono.

Zapatos de tacón

Un caso muy común en las mujeres que usan zapatos de tacón alto. Al caminar con ellos, nuestra columna no está recta, y eso hace que nuestra cabeza sobre salga hacía delante. Eso nos provocará fuertes dolores no solo en el cuello, sino también en la espalda.

Movimiento brusco

A veces giramos el cuello rápidamente cuando alguien nos llama o mientras realizamos el calentamiento antes de una actividad física. Eso hace que los tendones y músculos de nuestro cuello se tensen y fuercen más de lo necesario, lo que posteriormente puede provocarnos un fuerte dolor de cuello.

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Fibromialgia

Es una enfermedad de la cual se desconoce la causa que lo provoca. No tiene que afectar al cuello directamente, ya que puede presentarse en cualquier otra parte de nuestro cuerpo.

Los estudios la relacionan mucho con la fatiga física que sufre nuestro cuerpo cuando no ha descansado lo suficiente, un trauma físico o que nuestros nervios respondan al dolor de una forma más fuerte a lo que lo hacen normalmente.

Artritis cervical

Más conocido como espondilosis cervical, se da cuando los cartílagos y huesos de nuestro cuello están muy desgastados.

En nuestro cuello, como pasa en la columna vertebral de nuestra espalda, tenemos unos discos amortiguadores en las vértebras del cuello. En ocasiones, estos discos pueden moverse si hay un continuo movimiento de nuestro cuello, como por ejemplo estar continuamente levantando y bajando la cabeza.

Lo más común es que vaya apareciendo a medida que envejecemos, pues los discos están más duros y los huesos más desgastados, no regenerándose como cuando somos más jóvenes. En personas que tienen un trabajo que les hace mover mucho la cabeza, personas que practican mucho deporte o gente con sobrepeso, es algo muy común.

Osteoporosis

Las pequeñas rupturas que podemos sufrir en nuestra columna vertebral también puede provocarnos dolores de cuello, sobre todo si se ha dado en la parte superior.

Estenosis raquídea

Como ocurre con el dolor de espalda, a medida que vamos envejeciendo los discos de nuestras vértebras se van resecando. Por lo que no es raro que sobresalgan en alguna ocasión, tanto en la columna como en el cuello.

Esguince o Tortícolis

Aunque no son tan peligrosos como los de tobillo o muñeca, sí que puede llegar a ser muy dolorosos. La causa puede ser una mala postura o cargar mucho peso en el hombro, comprometiendo también a nuestro cuello.

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Tumor

Cuando los tumores se dan en nuestra columna vertebral, sobre todo en los nervios, puede provocarnos un fuerte dolor por todo el cuello. Ello se debe a que como los nervios de ambos están conectados, el dolor se transmite de uno a otros, y puede ser insoportable.

¿Qué podemos hacer si nos duele el cuello para ahorrarnos ir al médico si no es una molestia muy fuerte?

Pues los remedios para el dolor de cuello que podemos aplicar son:

Aceite de romero: Mojar una toalla con aceite de romero y deslizar durante diez minutos, de derecha a izquierda, por nuestro cuello.

Cataplasma: Prepararnos un cataplasma usando un pequeño trozo de tela de algodón al que le echaremos unas gotas de tintura de árnica.

Ajo: Triturar unos dientes de ajo con una barrita de alcanfor. Una vez la mezcla esté finalizada, masajear la zona dolorida dos veces al día.

Presión: Colocar dos dedos sobre la zona en la que duele y ejercer presión durante dos minutos.

Hielo: El dolor puede deberse a una inflamación de algún músculo por un mal movimiento o por haber hecho mucho ejercicio. Colocar un poco de hielo envuelto en un paño o toalla durante diez minutos para reducir la inflamación.

¿Y cómo aliviar el dolor de cuello a través del ejercicio? Pues si no queremos, o no podemos en ese momento, aplicar alguno de los remedios citados anteriormente, podemos recurrir a realizar estos ejercicios para el dolor de cuello que ayudan a que se relajen nuestros músculos.

Rotación de los hombros: Realizar giros con los hombros, como si quisiéramos tocarnos las orejas con ellos, hasta haber hecho 15 repeticiones.

Rotación del cuello: Hacer giros con la cabeza hacía un lado, y tras unos cinco giros, hacerlo hacía el otro lado con otros cinco giros.

Oreja al hombro: Mover la cabeza hacía el hombro mientras la sujetamos con la mano, lo que ayuda a levantar el hombro. Aguantar diez segundos y repetirlo durante otros diez con el hombro contrario.

Mirar los pies: Inclinar la cabeza mirando un pie mientras la presionamos un poco con una mano. Tras unos diez segundos, cambiar al otro pie durante otros diez segundos. Repetir el ejercicio unas 15 veces.

Mirar al cielo: Esta vez miraremos hacía arriba y moveremos la cabeza lentamente de izquierda a derecha. Repetir 15 veces el movimiento.

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Esposas: Colocaremos los brazos a la espalda, sujetando la mano izquierda con la derecha, como si estuviéramos esposados. Mover el brazo hacía la izquierda, lo que arrastrará el otro, así como la cabeza hacía ese mismo lado. Al repetirlo, debe cambiarse de mano, sujetando la mano derecha con la izquierda.

Mirar hacia abajo: Agachar la cabeza para mirar al suelo y presionar con ambas manos de forma suave. Mantenerse en esa posición durante unos 10 segundos y repetir la serie unas 10 veces.

Si el dolor de cuello no desaparece usando alguno de los remedios mencionados, ni tampoco los ejercicios para el dolor de cuello, lo más acudir a un especialista para que nos realice las pruebas necesarias y encontrar la razón de la dolencia.

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