Dolor de hígado

El hígado es uno de los órganos más esenciales para nuestro cuerpo, ya que no solo ayuda a la hora de digerir alimentos, sino que proporciona energía al cuerpo, fabrica hormonas que necesitamos… así que, las personas que padecen dolor de hígado no solo sufren dolores fuertes, sino que muchas veces pueden encontrarse frente a una situación mortal.

Así pues, ¿cuáles son las causas del dolor de hígado?

Paracetamol: Bien es sabido por todos que no es bueno consumidor una gran cantidad de medicamentos en muy poco tiempo.

casusas del dolor de higado

Uno de los casos es el de Paracetamol, un medicamento que usamos en la vida cotidiana cuando nos duele la cabeza o si estamos afrontando el dolor de una operación. Sin embargo, el consumo descontrolado de este medicamente puede dañar severamente nuestro estómago.

Cáncer: Desgraciadamente, el cáncer de hígado tarda mucho tiempo en ser detectado. En casi todos los casos, solo se detecta cuando está en un estado muy avanzado.

Este cáncer se caracteriza por el aumento de células en el hígado, no solo malignas, lo que va provocando que cada vez resulte más y más dañado. Entre los síntomas que podemos encontrar:

  • Inflamación del hígado, razón por la cual se produce el dolor de hígado.
  • Pérdida de apetito y peso.
  • Sensación de fatiga.
  • Náuseas o vómitos.
  • Dolor abdominal en la parte superior derecha.
  • Emblanquecimiento de la piel.
  • Los ojos se van volviendo cada vez más blanco.

Si se detecta a tiempo, el cáncer de hígado puede ser curado, pero en más del 90% de los casos se requiere un trasplante.

Cirrosis hepática: Es lo que sufren las personas que han consumido grandes cantidades de alcohol con el paso de los años.

Tomar alcohol no es malo cuando de vez en cuando te tomas una copa o una “caña”. Pero, en esas personas que se van de “botellón” hasta ponerse ciegos, consumen bebidas alcohólicas con cada comida… lo único que provocan es que las toxinas del alcohol vayan destrozando el hígado desde dentro.

Entre los síntomas de cirrosis hepática, podemos encontrar:

  • Dolor abdominal en la parte superior derecha.
  • Confusión y desorientación.
  • Fatiga y sensación de sequedad en la boca.
  • Náuseas y vómitos.
  • Aumento de peso sin razón aparente.
  • Heces negras con sangre.
  • Orina color marrón.
  • Picos de pies y manos.
  • Dificultad para la concentración.
  • Mayor facilidad de padecer cáncer de hígado.
  • Tras darnos un golpe, es más fácil que aparezca un moratón.
  • Pérdida del apetito.
  • Sentirse muy agitado en todo momento.

Por desgracia para el paciente, el tratamiento para el dolor de hígado provocado por la cirrosis hepática requiere sobre todo abandonar la bebida. Luego tomar alimentos ricos en proteínas que ayuden a regenerarse a nuestro hígado y por último realizar ejercicio para eliminar las toxinas de nuestro cuerpo.

En el caso de que el hígado esté muy dañado, se precisará un trasplante.

Sin embargo, la cirrosis puede acabar convirtiéndose en una fibrosis hepática si no se detiene a tiempo el daño del hígado. Esta es la última fase de la cirrosis hepática, la cual hace que se formen unos tejidos en el hígado que impiden la correcta circulación de la sangre del hígado.

Las personas que padecen fibrosis hepática tendrán que dejar inmediatamente de consumir alcohol, así como el tabaco en el caso de que sean fumadoras.

Quistes hepáticos: Los quistes son bolsas que se puede formar en las paredes de cualquier órgano de nuestro cuerpo, incluido el hígado.

Estos quistes están llenos de líquidos que se supone que deberíamos digerir para luego expulsarnos, pero lo que hacen es que las bolsas cada vez sean más grandes, provocando posteriormente el dolor.

No es algo que resulte grave para la salud, y el médico intentará eliminarlo mediante el uso de medicamentos. Lo que notaremos será un fuerte dolor abdominal en la parte superior derecha del cuerpo.

Hepatitis: Es una inflamación que sufre el hígado por la inflamación de las células hepáticas. Podemos distinguir varios tipos:

Hepatitis A: Es causada por el virus VHA. Es una enfermedad que se transmite al tener contacto con una persona que lo padece.

Si mantenemos relaciones sexuales con una persona con VHA, o dicha persona nos prepara algo de comer sin haberse lavado previamente las manos, nos puede infectar con este virus. Otra causa que lo provoca es el comer alimentos o agua contaminada.

El virus irá provocando lesiones en nuestro hígado lentamente, algunos pueden ser permanentes. Los síntomas no tienen por qué aparecer al momento, o lo que sentiremos será algo parecido a cuando tenemos la gripe.

Hepatitis B: Es causada por el virus VHB. Se transmite por el contacto con la sangre o el semen de una persona infectada. En el caso de que una mujer lo padezca, pueden transmitírselo a su bebé durante el parto.

Un simple análisis de sangre nos liberará de las dudas de si sufrimos de Hepatitis B, y los síntomas son muy parecidos a los de Hepatitis A. Eso sí, si el estado de esta hepatitis es muy avanzado, tendremos altas probabilidades de sufrir cáncer de hígado.

Hepatitis C: Es causada por el virus VHC. Se transmite por el contacto de la sangre, durante las relaciones sexuales o durante el parto.

Sus síntomas y la forma de detectarlo es igual que la hepatitis B.

Hígado graso: Es una enfermedad que la padecen sobre todo personas con sobrepeso, que padecen diabetes, colesterol o que ingieren muchos alimentos altos en contenido graso. Las grasas se acumulan en las paredes del estómago impidiendo que este funcione correctamente.

Entre los síntomas que podemos padecer:

  • Pérdida de peso y apetito.
  • Orinar en un tono oscuro.
  • Náuseas.
  • Fatiga

El tratamiento para el dolor de hígado provocado por las grasas es hacer mucha actividad física. En los casos muy graves se requiere un trasplante inmediato.

Colangitis esclerosante primaria: Se trata de una inflamación de los conductos biliares por culpa de unos cálculos, que pueden dañar también el hígado.

El médico recetará una serie de antibióticos para intentar reducir la inflamación.

Cuando aparece el dolor, estos remedios caseros para el dolor de hígado pueden venirnos muy bien para combatirlo:

  • Alcachofa: Hervir unas hojas de alcachofa y tomar el jugo tres veces al día tras cada comida.
  • Boldo: Tomar una infusión de boldo.
  • Diente de león: También puede tomarse en infusiones, ayuda a que el hígado funcione mejor.
  • Té hepático: Ayuda a desintoxicar el hígado y a reducir la inflamación.
  • Té verde: Un fuerte aliado para quienes padezcan de inflamación de hígado.

remedio para dolor de higado

Lo mejor para prevenir el dolor de hígado es tratar de no tomar seguidamente alimentos que contengan mucha grasa ni consumir de forma descontrolada alcohol. El cuerpo os lo agradecerá ya que los daños que pueda sufrir nuestro hígado pueden ser incurables y los trasplantes son muy escasos para este órgano.

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